jueves, 29 de septiembre de 2011

¿ CÓMO SE PIDE UN WHOOPER?. Comparación reconstructiva del Whooper VS Big Mac

 Quisiera dedicarle este artículo a mi amiga Julia Sanchez-Cererzo,
que tuvo un pasado hamburgueseril como empleada de esta cadena
y  a cual le debo el conocimiento de añadir ingredientes extras
sin coste alguno. Bueno y agradecerle de paso, que de vez 
en cuando me ayude con las correcciones ortogramaticales de este blog.

En realidad no sé si el Whooper se merece una entrada en el blog, pero como estaba preparando una disertación  acerca de la diferencia de precio entre el tinto de verano y la caña y se me ha ido al garete la hipótesis que yo tenía (tengo muchos amigos y conocidos con un alto pensamiento analítico y así lo  expresan) por eso les torturo con algunas ideas sobre esta notable hamburguesa.
La idea de escribir sobre este icono de nuestra era, no es otra que compartir con los lectores algunas líneas de pensamiento hamburgueseril. Últimamente, por temas de horario laboral, he recurrido a este alimento “menos” de lo que me hubiera gustado, a fin de encontrar una comida rápida, completa, saciante pero sobre todo económica.
Quitando la anterior justificación que no es más que un ejercicio del tipo: “voy a hablar de una cosa intrascendente, se ruegan disculpas, ya sé que tengo una imagen de pseudointelectual de clase media, y sin embargo quiero escribir sobre hamburguesas”, pero vayamos al grano, o mejor dicho, al sésamo.

Cuando por lo que sea, casi siempre por los peques, terminamos en el Mc Donald´s no pasa una  hamburguesa  por mi esófago, sin que piense en el Whooper y en general en la superioridad respecto a su máximo rival en lo que hamburguesas se refiere. Cuando uno trata de mascar una hamburguesa del Mc Donalds siente, cómo expresarlo gustativamente, que el pan está hecho de masa plastificada, la verdura es inexistente y la carne inmasticable, eso sí, el queso y la salsa son excelentes, lo cual hace que la experiencia general sea grata aunque no obstante en algún momento recuerda a la comida de avión, prefabricada y plastificada, seguramente olvidada por el envoltorio de colores de los envases, la cuidada decoración de los espacios y las inmejorables zonas infantiles. Algunas cosas salvan de la quema a la hamburguesería del Payaso, principalmente ese halo que han intentado dar a toda su comida de cosa natural y sana (en esto la película Supersize me les ha perjudicado considerablemente), por supuesto, sus excelentes patatas fritas con posibilidad de elegir entre las clásicas y las de luxe,  el intento de hacer un menú infantil más saludable, su estética en general más cuidada y adaptada a los tiempos, con wifi gratis y la ya mencionada  zona infantil. Además de la limpieza del sitio, siendo como es una franquicia, no se advierte descuido y la uniformidad respecto a estos aspectos es total, de todo lo cual  debería aprender su archirrival Burguer King, donde la mayoría de sus establecimientos del grupo Zena dejan mucho que desear respecto a la limpieza, estética  e instalaciones para niños.

Pero hablemos de lo que me ha traído aquí, de la hamburguesa rey. Evidentemente este no es un espacio patrocinado por BK, por lo que puedo ser exquisitamente neutral y exclusivamente personal a la hora del elogio, la crítica y en general la deconstrucción del Whopper. No es un secreto que en tamaño y sabor supera a su rival más directo, el Big Mac, que lo único que aporta es una salsa especial (por cierto, tan secreta como la Coca-Cola), dos raciones de una carne asquerosa y un panecillo central, y lo supera por la combinación de ingredientes donde el vegetal domina, el panecillo arrasa por simplemente saber a pan y  la posibilidad de quitar o añadir ingredientes a voluntad.
Si deconstruimos el Whopper. Encontramos:

1.   Un panecillo con semillas de sésamo, ligeramente tostado, que sabe a pan recién hecho, al parecer de marca Bimbo.
2.   La carne se vende como hecha a la parrilla aunque sabemos que en realidad es un horno por el que pasa como una tostada. Al igual que la carne del Mc Donalds es intragable si la presentamos sola en un plato y sin salsa alguna.
3.   Salsa kétchup sobre la carne y bajo el pepinillo y Mayonesa del pan hacia la lechuga, excelente combinación, aunque no llego a entender el porqué de no adjudicar salsa entre la carne y el pan (entiendo que es la parcela opcional de la mostaza)
4.   La opción remunerada de añadir queso y beicon a un precio siempre desorbitado respecto al total de la hamburguesa. En el caso de la panceta de cerdo resulta un timo ya que añaden una loncha mínima que normalmente se extrae al primer bocado, si añadiría si la economía lo permite el queso que se derrite creando una sensación de jugosidad cremosa.
5.   La opción gratuita de añadir o quitar la parte vegetal (lechuga, cebolla, tomate y pepinillos) y las salsas, es lo que hace grande a esta hamburguesa, en sentido literal y también en el  figurado. Esta desconocida herramienta es la que configuraría mi hamburguesa perfecta, donde las raciones vegetales aumentan al doble (se pide diciendo extra lechuga, extra tomate y extra pepinillo). He de decir que el tema de la cebolla no lo tengo aun resuelto, de momento la dejo como un mal necesario (la digiero mal, aunque milagrosamente no la del Burger, quizás por eso resiste rodeando al pepenillo, sobre el lecho de carne con ketchup, aportando un crujido a cada mordisco.
6.   Por último, dos extras casi desconocidos. El primero es que si tuneamos la hamburguesa a nuestro gusto en cualquiera de las variantes expuestas anteriormente conseguimos evitar la cadena hamburgueserial eludiendo uno de los males mayores de la producción de comida rápida en cadena, la inadecuada por templada temperatura del sándwich. En segundo lugar podemos pedir que nos la corten a la mitad, lo cual facilita la manipulación e ingesta del alimento, y la limpieza a la hora de comer ya que nos la envuelven 2 veces, sobre el primer papel cortan, consiguiendo una servilleta anti-manchas. Por no hablar de la estética que proporciona el corte anunciándonos la frescura colorista de lo que vamos a comer, después de todo por los ojos también se alimenta uno

Ahora que han ensalivado ( ¡poseemos una mente prodigiosamente visualizadora!) déjense llevar de estos consejos si tienen la suerte o la desdicha de comerse un Whooper, la Hamburguesa Rey .

Algunos enlaces