lunes, 26 de agosto de 2024

EL HOMBRE DEL CINE: Crónica de 2 Intensos días en el rodaje de una serie (Matices)

Quería haber titulado esta crónica El hombre de Hollywood, en honor a uno de nuestros directores favoritos: Tarantino   y su sensacional  capítulo del mismo nombre en                                                                                                          la película Four Rooms. El caso es que cuando puse el título actual  no me acordaba que se titulaba asi.                                                                                                     Ahora despues de escribir este artículo, me quedo con el primer título. 

                                                                          Quiero dedicar esta crónica a mi admirado amigo Sergio Cánovas con el que compartí, una infancia y adolescencia llena                                                                           de cintas VHS, peliculas y una cámara video-Betha que hicieron volar nuestra imaginación. 

Somos lo que fuimos.

Sergio Canovas, el hombre del cine,  junto a Miguel Roldán


Nunca olvidaré los dos intensos días en la Hacienda Zorita  (Zamora)  a 10 minutos  de Portugal . Tras un kilométrico puente-presa  que embolsa casi un mar de agua (El GPS así lo certifica cuando colorea en azul casi todo el móvil) y recorridos unos kilómetros más de campiña charro-zamorana de bajo matorral y encinar donde pastan los  pata-negra, surge tras un pequeño desnivel, una vega que destapa un viñedo, que desde ahora llamaremos Vrindaban, antes propiedad Zorita de la Concordia. La extensión de viñas la vigila una torre de unos 20 metros y mientras más nos acercamos más edificios vemos en torno a ese eje centinela.



Por esta avenida se llega a la Bodega


Ya desde la puerta principal sabemos que una vez que atravesemos el mar de viñas, por ese monumental camino franqueado en toda sus extensión por una línea de cipreses a la derecha, nos atrapara la sesión terapéutica final del Doctor Marlow y que solo saldremos de allí si estamos curados o con los pies por delante. Cuatro o cinco vehículos de alta gama en la puerta y dos de guardia civil pueden ponernos en alerta de lo que descubriremos dentro.

Alex Meriweather de producción me sale al paso solicitando con un gesto calmado que pare el vehículo  y con otro que desconecte el motor. Salgo del coche que negro como es solo me proporciona calor bajo el Lorenzo que abrasa el viñedo. Puede que sean los tres minutos más lentos del mundo. De repente, se oyen voces y Alex me da el visto bueno. Arranco el coche y lo sitúo entre un descapotable rojo y uno de la Guardia Civil, en lo que luego sabré que es el parking de clientes, a diferencia del del rodaje cuyos mas de 30 vehículos se oculta en la parte trasera de la propiedad.

Alex me acompaña al interior del Chatau, atravesando una cancela de hierro noble profusamente ajardinada y rodeando el edificio principal por un lateral,  descubro la verdad sobre la aparente soledad que reinaba a la entrada de la bodega. Se trata de un agitado hormiguero de más de 80 personas casi todas vestidas de negro a las que dirige un rey,  vestido de caqui con sobriedad espartana, que no es otro que mi admirado amigo Sergio Canovas Rivas, director de la serie. Junto a él, vistiendo de parecidos colores pero con camisa blanca, se encuentra Pablo, su lugarteniente Pablo, ayudante de dirección. Desde ya percibo los 2 estilos de dirección, la tranquila y sosegada, pero precisa de mi amigo y la agitada y nerviosa, pero activa de su ayudante. 

El combo, una especie de garita de control para que no se pase nada

Tras un saludo breve de unos segundos me manda al Combo. Se trata de una carpa negra semioscura que se encuentra cercana al rodaje pero fuera del campo de tiro de las cámaras. Para los legos en la materia es una especie de miniestudio de control o vigilancia donde 3 o 4 personas no pierden cuerda de lo que pasa a 20 metros en el rodaje. En dicho santuario compuesto por 2 pantallas, una especie de mesa-pantallla de mezclas, algo así como un superordenador  e instrumental tecnológico como para hacer caer un misil en mitad del Pacífico. Bajo el fúnebre techado a 4 aguas de la carpa, con sujeción metálica de toldo de picnic,  hay cuatro sillas, dos de ellas siempre ocupadas por la Script  Pepa  y la directora de la segunda unidad  Carmen, ambas profesionales de la altura que merece esta producción. La primera  estuvo al pie de los restos del avión de la película de Bayona, La sociedad de la Nieve, rodada en su parte española en Sierra Nevada. La segunda, ganadora de 13 Emmys  y otro que está en camino, me explica y responde atenta, cordial y empática a mis preguntas de ignorante en la materia. Hay también un tipo gigante que controla el superordenador que va grabando y guardando copias de seguridad y pasandole filtros lumínicos a la escenas. 

La zona de la alberca donde se desarrollan las escenas de esos días,
 si os fijáis al fondo a la izquierda estan rodando la escena

Tres escenas después, Sergio entra en el combo para presentarme el rodaje. Bajamos al escenario de la Alberca, en el lateral izquierdo de la bodega, el jardín noble de la mansión,  con pequeño corredor porticado de parras  y con una piscina rectangular y estrecha, un lujoso y amplio pilón de pueblo limpio y acondicionado para el baño en cuyo centro como si se tratara de una fuente romana cae sonoro un chorro de agua, todo rodeado por césped y al fondo un par de tumbonas sobre una estructura de madera. Describo  minucioso este lugar desde el que se divisa el viñedo porque será este el escenario de los dos días de rodaje; a efectos de optimizar los recursos de la producción y también de paso de esta narración. En esta zona transcurre el Interrogatorio del Subteniente Castro (Raúl Prieto) de la Guardia Civil- Policía Judicial a Ceci (Maxi Iglesias) unos de los sospechosos de la trama de la serie. Y alrededor de este cráter de hormiguero llamado escenario, se agitan hasta 25 o30  hormiguitas obreras cada una a su función. Son los imprescindibles peones de esta partida de Ajedrez llamada Matices.

Meriweather en el mini-combo de dirección

Sergio me presenta de camino a su mini-combo de dirección a su ayudante, uno de los imprescindibles del rodaje  Pablo G. Bonis, pieza fundamental de esta partida de ajedrez, su figura la Torre, seguro y con un movimiento decidido se desplaza por el tablero como si fuera suyo. ¡Hombre el famoso Patrick!, me han hablado mucho de ti, en ese momento, sin quererlo, me siento protagonista de una superproducción.

Bonis (camisa blanca), aunque sentado, da instrucciones por el walkie

Mientras charlamos unos segundos, las hormigas se afanan en colocar cámaras, pantallas, iluminación para el cambio de escena, desmontan todos los elementos para hacer del mismo sitio un sitio diferente simplemente enfocando lo mismo desde otra perspectiva, este tablero lo compone el gran Miguel Roldan, un hombre enorme en todos los sentidos, se acredita segundo en la claqueta,  su pieza en este ajedrez, es la Reina, no solo por lo alta y grande, si no por que se mueve y mueve a todos los peones de negro para todos los lados del tablero componiendo la iluminación, opera la cámara a su antojo, componiendo con su acreditada experiencia una escena perfecta. 

Max Iglesias bajo sombrilla y abanicado por su asistente

Los asistentes de los actores, como si se trataran de mayordomos, portan paraguas que funcionan como sombrillas y ventiladores de mano cuyo aire posan sobre la cara del actor para que no suden en exceso en esos intervalos que van de la zona de camerinos situado en las habitaciones del hotel-bodega a la zona donde se rueda.

El cambio de artillería audiovisual da tiempo para que el Rey con su paso seguro me siga enseñando su reino. Avanzamos ante la mirada de respeto, no solo a la dignidad real sino a su tranquilo buen hacer, de todo el que nos cruzamos. Llegamos a la zona del catering, auténtico centro social de todo rodaje, porticada y que seguramente sirva a la Hacienda Zorita  para celebrar bodas y banquetes. Ya se empiezan a sacar los primeros manjares. Observó en las mesas bebidas de 2 litros de primeras marcas no así cervezas ni el vino propio del lugar. La razón es muy simple, y es que tras la hora de la comida que aquí se conoce como +1, se esperan aún 4 horas donde se espera que todos los hombres y mujeres del Rey, precisión y buen hacer.

Tras la comida reunión de equipo, muy operativa, solo dura 15 minutos

El menú siempre se compone de buffet para crear tu propia ensalada junto a un par de ya creadas, en los dos días que estoy en el rodaje: ensaladilla rusa, salpicón de marisco, ensalada campera y otra de lentejas. Los segundos son ligeros, carne con verduras asadas y el otro día pollo al ajillo con papas panadera. Hidrata adecuadamente: el primer día gazpacho y el segundo una variante de esté sabor sandia. De postre siempre fruta cortada y  entera y el primer día natillas líquidas en vaso de barro y el segundo día el clásico helado de nata con fresa o de vainilla con  chocolate . El café, única droga permitida, en la producción se termina antes del fin de la comida y tenemos que recurrir a una Nespresso. 

Canovas, aprovecha la pausa +1 comida para mandar un audio a Elsa Pataky sobre su personaje

Tras el set gastronómico y la zona de restauración llegamos a lo que era antes de que la superproducción invadiera el hotel-bodega el comedor del restaurante, lo atestigua  unas estanterías repletas de botellas de vino criando polvo. Donde  antes se servía deconstruida  la neu cocine zamorana,  hoy se crean maquillajes y peinados. No deben ser artes menores, porque, a pesar de que es una estancia que permanece casi siempre vacía, hay 5 puestos con las típicos espejos de bombillas vistas haciendo de marco y  sillas que son  casi  tronos en comodidad y tamaño.  Me acerco a curiosear una de las mesas,  sobre su superficie hay una ristra de cepillos rizadores de colores que componen un arco iris cromático. Allí en realidad hay todo tipo de material que uno se pueda imaginar para maquillar y peinar cualquier caracterización.


Miriam Giovanelli, maquillada insitu, en la misma escena

El Almacén es un espacio contiguo a Maquillaje se trata de una gran nave de 2 pisos de altura posiblemente utilizada como bodega de exhibición o como almacén propiamente dicho. Si elevamos la mirada en uno de los laterales se abre un balcón acristalado que acoge la sala de cata, una mesa redonda en forma de arandela con una apertura en forma de cuña para que el sommelier entre a explicar la cata. Cada puesto tiene una escupidera metálica en forma de embudo con depósito a la altura de las rodillas. Preguntado por este espacio mi amigo dice que no les vale para ninguna escena porque la mesa es demasiado grande y solo son 6 los pacientes los del doctor Marlow, siendo una mesa con capacidad para unas 12 personas.

Volviedo al almacén  encontramos todo lo necesario parael rodaje desde grúas a todo tipo de material óptico para las cámaras, hay grandes cajas transparentes etiquetas que contienen la temática que anuncia.  Tres estanterías abren cuatro pasillos con baldas a rebosar de objetos decorativos para el atrezo interior y exterior que transforma el hotel-bodega Hacienda Zorita en el Vrindaban Terapéutico de la trama, como si de un macro-chino se tratara no falta de nada para esa metamorfosis tan necesaria.

Avanzamos hacia producción que ocupa el hall-recepción del hotel del que realmente no conocemos su estructura original ya que un falso muro lo ciega. Allí 2 mesas alargadas de esas blancas que lo mismo valen para una boda que para el rodaje de una serie hacen las veces de co-working, preside la mesa tecnológica la única impresora del rodaje que todos los días imprime el cronograma, una herramienta muy útil para ordenar el rodaje. En un extremo se sientan 2 tipos de los que no me entero exactamente lo que hacen, en otro están Almudena y de vez en cuando también Camino de Secuoya Estudios.  Y al fondo una de las chicas de vestuario que cuando no está en la mesa absorta en su pc, está en escena percha en mano llevando la prenda que se debe vestir en ese momento el actor de turno. En el otro extremo se encuentra Alex Meriwether, nombre artístico de Alex Merino, compañero inseparable de Sergio desde sus días en el colegio británico. Representante en este espacio de la productora Stellar Media, la creadora de la serie y cuyos componentes forman las fichas claves de este juego de ajedrez. Meriwether es el caballo, es la única pieza capaz de saltar por encima de las demás  y se mueve a su antojo por el tablero de la producción, un movimiento elegante pero al mismo tiempo preciso y tranquilo como lo es él. 




Sergio me invita a conocer los distintos  interiores que se han preparado para la serie, torreón arriba nos encontramos con el comedor cuyos detalles me describe con precisión, el despacho del doctor cuyos muebles se han montado exclusivamente para un par de escenas y la sala de billar del último piso completamente desmantelada y llena de mobiliario de las dos anteriores. Por último, vemos el balcón esquinero de cuyo vano pende sujeto con cuatro alambres un reloj que irá dando campanadas marcando los tiempos de la serie, puede que sea el elemento más destacable de todo el conjunto.

Muchos elementos se incrustan en el decorado para convertir Zorita en Vrindabran
 (Estatua, Reloj del balcón esquinero y vegetación artificial que aquí no se distingue)

El último edificio que visitamos es una de las dos casas que forman la parte noble de la casa, en la misma entrada enrejada de la bodega, frente a ella está la que da al jardín noble, el de la alberca. En este edificio existen cinco habitaciones de las diez que posee el complejo hotelero. Dos de las habitaciones situadas en la planta de abajo, están ocupadas  por vestuario y figuración. Desde la distancia (ya que no está esos días) las dirige  Ariadna, la hermana de Sergio y compañera inseparable en sus andanzas creativas. Su pieza uno de los Alfiles, elegante como su profesión controla todo el proceso, me dicen, de forma meticulosa y ningún detalle escapa a su ágil movimiento diagonal entra la cuidada cromática selección de las prendas elegidas para cada personaje de la serie. 

El salon de la serie su decoracion es agena al de la bodega

En la parte de arriba del mencionado edificio contiene la habitación de los personajes y la de Ceci (Maxi Iglesias) donde aparece un niño que le persigue durante toda la serie. La decoración de estos espacios está milimétricamente cuidada al menor detalle y es totalmente diferente a la base de la que parte, un hotel-bodega de 5 estrellas superior como es la Hacienda Zorita. Hay un esfuerzo grande de transformación  del rural en tonos terrosos al lujoso verde y oro, que va desde las pastillas de jabón de tocador hasta los cojines que adornan la cama.  Incluso los fantasmagóricos cuadros de cipreses  que pueblan las paredes nos transportan a otro mundo.

El sargento Garza, un pequeño papel para Naya

La otra pieza compañera del Alfil, la posee Javier Naya, con afiliada pluma de guionista, es el artesano jefe de esta ingeniosa de obra que bebe de Agatha Christie y de Mr. hitchcock que durante estos intensos días me hace de Cicerón de la producción explicándome en conversaciones de desayuno y cena (en el magnífico hotel  donde se alojan los actores y el equipo directivo ) con todo detalle el proceso creativo de la escritura del guión y la composición y particularidad de la productora Stellar Media  para crear este y otros proyectos que un futuro vendrán. Con el café y los huevos revueltos con jamón ibérico del desayuno y  la mirada el río Tormes  y un Verdejo tras la cena  en la terraza del hotel con la misma vista pero con un matiz lumínico diferente y su entusiasmo puedo entender cada detalle de todo lo que acontece y acontecerá en un futuro Stellar. 

Así pasó 2 días moviéndome como pez en el agua en un mar ficticio que no me pertenece, un lugar que no existe ahora pero que existirá en un futuro no muy lejano, en una ficción elegantemente construida, que en poco más de 6 meses se convertirá en una realidad “sin matices”.



2 comentarios:

  1. Genial genial, tienes una gran capacidad descriptiva...capacidad y belleza en el lenguaje que utilizas.,.me recuerdas a un escritor ,cuyo nombre ahora mismo no recuerdo, pero que recordaré,es una delicia la lectura.

    ResponderEliminar

Gracias por compartir